Rocanrol y buen folclore sonaron para la multitud del festival

La tercera noche de éxito y energía vibrante se vivió en la ciudad cultural donde mil historias se cruzaron para compartir momentos junto a los sonidos del festival más convocante en tiempo de carnaval.

La frescura de Migrantes llegó desde Buenos Aires, directo a la celebración con su ritmo movido a través de Facundo García y Nicolás Valdi.

Carisma y buena energía se repartieron en partes iguales, desde un escenario que no dejó de iluminarse en ningún momento.

Mientras, al rojo vivo seguían completándose los preparativos para esperar a la siguiente banda, los deejays demostraron una vez más que hacer bailar al público es su especialidad.

Hasta que la voz oficial del gran show anunció la presencia de La Beriso. La banda oriunda de Avellaneda desplegó un cúmulo de canciones con fuerte cadencia de rock callejero pero también con profunda esencia sentimental.

Las primeras canciones destellaron con -por ejemplo- “Mano a mano”, los efectos afloraron al instante y con “Mañana” se generaron emociones de nostalgias pasadas que fueron in crescendo con “Otra noche más”.

Los espectadores contemplaban el escenario y la expresión constante en las pantallas verticales.

“Pensamientos” y “Recordé”, propios de la perspectiva onírica dieron lugar a “Cómo olvidarme” una composición que Rolando Sartorio interpretó con fortaleza y que todos cantaron respetuosamente en el predio festivalero.

El tiempo fue transcurriendo y “Madrugada” junto a “No me olvides” y “Ella” dejaron destellos a su paso y, para el final, “Traicionero” se repartió en las voces como último hit diciendo hasta pronto.

No obstante, los sonidos siguieron su curso y sorprendieron con las mixturas explosivas que invitaban al baile o a dejar “pasos prohibidos” en medio de un clima de celebración. Una gran tarea para no dar lugar al silencio, levantando con fuerza al público expectante.

Hasta que estuvo todo listo para que una experiencia inolvidable llegue a sentirse viva y potenciada con la presencia de próceres como Los Manseros Santiagueños.

La historia misma con sabor a un folclore que nació en 1959, se adueñó de la velada. La felicidad de los músicos se dejó escuchar desde el agradecimiento por ser considerados esenciales para la cultura nacional.

Con un repertorio especial, volvieron a dar cátedra de que el talento y el profesionalismo permanecen intactos en su arte que fue aplaudido por lo espectacular de su entrega. “Eterno amor” acaso fue la canción insignia dedicada a Jujuy y a las damas que abrazaron el regalo de una formación artística que provocó la admiración y los aplausos de todos los presentes.

Así es como el Carnaval de los Tekis contempla diferentes géneros musicales que se aplican para resaltar lo diverso de la cultura en fusiones que no dejaron de sorprender a residentes, ni a visitantes.